Mundo interior en el desierto
Voz del que clama en el
desierto: preparad el camino del Señor; enderezad sus sendas. San Marcos 1:3.
Observo e imagino este versículo a un personaje y ejemplo
llamado Juan el Bautista quien tuvo la audacia de decir a sus compatriotas
judíos que debían dejar de justificarse a sí mismos basados en su sentimiento
de superioridad como raza, y afrontar la necesidad que tenían de
arrepentimiento moral y espiritual.
Juan nunca se aprovechó de la credulidad de las
multitudes durante aquellos días tempranos que
gozaba de popularidad, o dejarse seducir por los aplausos de las misma. No se debe subestimar la
importancia de este principio. Actualmente, en nuestro mundo orientado hacia
los medios de comunicación, muchos líderes capaces y con talento se enfrentan
constante a la tentación de empezar a creerse el texto de sus propios
comunicados publicitarios. Y si lo hacen una fantasía ira infectando
gradualmente su personalidad y su estilo de liderazgo. Al olvidar lo que no
son, comienzan a distorsionar su verdadera identidad. ¿Qué ha sucedido? se han
vuelto demasiado ocupados, y no tiene tiempo para ordenar su mundo interior en
el desierto.
Bonito mensaje sigan asi.
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